días.
Laura: (lo saluda con un beso) hola. (Le

habla al oído a pedro) este te esta

sacando toda la plata, te dije que
consultes con otro.
Pedro: (haciendo gestos par que se  

calle) para que te va a escuchar,

dejame a mi que yo se a donde

vine, el nos va a ayudar.
Laura: si. Si.
Pedro: bueno Jorge acá te traje a mi

esposa para que la conozcas, de

ella es la que te hable tanto.
Laura: ¿hablaste de mi?, si me decías

que venias para hablar de tus

problemas.
Pedro: pero bueno, hablaba un poco de

mis problemas y un poco de vos.
Laura: ¿no me digas que ahora yo  

resulto ser unos de tus

problemas? No me lo digas.
Pedro: no, yo no quise decir eso.
Laura: bueno, pero lo insinuaste.

(Mientras tanto Jorge escribe lo que esta sucediendo)

laura: en vez de hablar de mí porque no

hablas de tu madre.
Pedro: no te metas con mi madre.
Laura: siempre le hiciste más caso a ella

que a mí, siempre se metía en

nuestro matrimonio y opinaba más

que nadie y le terminabas dando la

razón siempre.
Pedro: mi madre tiene todo el derecho a

opinar.
Laura: y cuando criticabas como

cocinaba, siempre te acordabas de

ella, y me dejabas mal a mí.
Pedro: bueno, bueno, puede ser, voy a

tratar de cambiar.
Laura: si, siempre me venís diciendo lo

mismo, hace 25 años que te

conozco, ¿te acordás la primera

cita? Que me dijiste que tenías una

reserva en el mejor restaurante de

 la ciudad y terminamos comiendo

unos panchos en la plaza. Y

cuando salíamos, eran las salidas

mas aburridas de mi vida, siempre

al cine a ver esas películas más

aburridas y las obras de teatro que

te hacían dormir.
Pedro: bueno, esos eran otros tiempos,

yo fui cambiando un poco, la única

que nunca cambia sos vos, con tus
compras compulsivas, siempre que

vamos al Shopping terminas

gastando todo lo de la tarjeta,

 después el que termina pagando

 con horas y horas de trabajo soy

yo.
Laura: y bueno, ese es le precio que

tenés que pagar por ser así.

Pedro: el precio que estoy pagando es el

que por culpa tuya no tuvimos

nunca un hijo.
Laura: (sorprendida) ¿culpa mía? Culpa

mía es que cuando vos eras mas

joven no dejabas tu mano en paz.
Pedro: eso no tiene nada que ver.
Laura: bueno, entonces no eches la

culpa a nadie.
Pedro: la que empezó a culpar fuiste

vos.
Laura: ¿yo? Mi única culpa fue a verte

conocido.
Pedro: ¿si? Cuando recién

empezábamos a salir no decías
lo mismo, todo era color de rosas,

todo era para toda la vida, ¿y ahora

me venís a decir eso?
Laura: era muy chica en aquel momento,

no sabia ni lo que decía, a parte

eras unos de los primeros hombres

en mi vida, yo no lo habré sido en

la tuya, porque bien que se te iba la

plata.
Pedro: claro, ahora me reprochas esos

gastos, esos eran gastos

personales y en aquel entonces no

le rendía cuentas a nadie, y eran

mejores momento.
Laura: mejores momento, claro, si total

no te tenían que estar aguantando
todo el día, tampoco tenían que
estar aguantando tus fobias por

cualquier cosa.
Pedro: ¿vas a empezar con eso ahora?
Laura: y si, si por cualquier cosa haces

un escándalo como si te
estuvieses por morir.
Pedro: eso es un problema mío que

hace mucho lo trato de superar.
Laura: si, como cuando me dijiste que

ibas a dejar de tomar pastillas, todo

tu sueldo se te va en pastillas, que
para esto que para lo otro.
Pedro: eso me hace un poco mejor,

imagínate que te tengo que

aguantar a vos.

Laura: si, siempre tenés una excusa vos,

para todo encotrás algún motivo.
Pedro: claro, y vos la obsesión que

tenes con pintarte las uñas, con

vestirte bien, con tratar de verte

bien ¿quien dice algo?
Laura: pero es en vano, si vos no le das

importancia a eso.
Pedro: pero tendrías que cambiar un

poco esa cara de mal humor que

siempre tenes.
Laura: y vos tendrías que cambiar tantas

cosas.
Pedro: yo tendría que empezar

cambiándote a vos, es
seria la solución.
Laura: el problema lo tenes vos desde

que naciste, no me quieras venir a
echar la culpa a mi de todo.

(En ese momento golpean la puerta)

Jorge: ¿quien es?
Sandra: yo señor, puedo pasar.
Jorge: si, adelante.

(Ingresa Sandra la secretaria de Jorge)

Sandra: (mirando a la pareja) buenas

tardes.
Pedro: buenas tardes.
Laura: (susurrando) que tendrán de

buenas.
Sandra: ya se por lo que ustedes

vinieron, problemas de pareja

seguro.
Pedro: si, vinimos para solucionar

algunos de nuestros problemas.

(Jorge controla unos papeles que les trajo Sandra, mientras ella conversa con la pareja)

Sandra: muchas parejas vienen acá,

después salen re contentos les

aseguro que va a pasar lo mismo

con ustedes.
Pedro: ojalá pase lo mismo en este caso.
Sandra: quédese tranquilo, yo estuve

casada también, si, aunque no me

crea yo me casé, me casé muy
joven, cuando tenía 18 años, igual

ahora ya no estoy mas con el, pero

me va bien así. Pedro: mire usted,

tan joven.
Jorge: (termina de leer). Bueno Sandra,

ya esta todo, te podes retirar.
Sandra: (se retira) buenas tardes.
Pedro: buenas tardes, nos vemos
laura: chau.
Jorge: bueno ya estamos, vamos a

continuar.
Laura: claro, no se dio cuenta como este
(apuntando a pedro) no dejaba de

mirar a su secretaria.
Pedro: no, nada que ver.
Laura: ¿a mi me vas a joder?, si todo el

tiempo le estuviste provocando y

no dejabas de mirarla.
Pedro: no, estas totalmente equivocada.
Laura: siempre haces lo mismo, miras a

la primera mina que se te pasa por

enfrente.
Jorge: (interrumpiendo) ¿han sido

infieles?
Laura: yo no, pero seguro este me ha

metido los cuernos más de una vez,

estoy segura.
Pedro: y bueno si queres que te diga la
verdad, te voy a decir la verdad, si

te fui infiel.
Laura: (sorprendida) ¿Cómo?
Pedro: si, así como lo escuchaste, ¿te

acordas de Cintia tu amiga?, bueno,

con ella estuve.
Laura: pero Cintia es mi amiga, como me
pudo haber hecho eso, no, no lo
creo, no puede ser cierto.
Pedro: bueno, cuando quieras se lo

puedes preguntar, ella seguro no te

lo va a negar.
Laura: ¿pero como me podes haber
hecho esto?, sos un sin vergüenza.
Pedro: si claro, como si vos no me fuiste
nunca infiel.
Laura: y bueno, ya que nos vamos a
sincerar yo te voy a contar lo mío

también, ¿te acordas cuando hace
5 años empecé con el profesor de
gimnasia a salir a correr?, bueno,
yo estuve con el, y estuvimos
bastante tiempo viéndonos a
escondidas.
Pedro: viste, yo sabia que también me
fuiste infiel.
Laura: y bueno, en algún lugar tenía que
buscar a alguien que me quiera más

que vos.
Pedro: si, ahora me vas a decir que fue
el hombre que te hizo mas feliz en
toda tu vida.
Laura: mas que vos si, mucho mas, si
con vos lo único que hago es

pelear y llevarnos mal.
Pedro: claro, ahora me vas a echar la
culpa de todo a mí, como siempre.
Laura: y si, el único que cambio
después de habernos casado fuiste
vos.
Pedro: ¿yo?, si tenes razón, si vos lo
decís.
Laura: hasta mira al psicólogo que me

trajiste, ni una palabra dijo hasta
ahora.
Pedro: ¿le estas por echar la culpa a el
también?
Laura: ni una mísera palabra dijo, todo el
tiempo estuvo escribiendo ahí.
Pedro: (mirando a su reloj) creo que es
hora de irnos, ¿trajiste plata?
laura: ¿Qué, aparte le tengo que pagar?, no, yo me voy.

(Laura se retira enojada del lugar)

pedro: (saca plata de su bolsillo y le
paga) era la plata que tenia para el taxi, ahora me voy a tener que ir
caminando, nos vemos la semana
que viene. (Le pasa la mano y se
retira)

(Después de que se retiraron los dos, entra Sandra)


Sandra: ¿y, no funciono?
Jorge: no, se fueron peleando.
Sandra: no te preocupes van a volver,
seguro.

Jorge: seguro.

 (Se levanta y tira el cuaderno donde estaba escribiendo para atrás, agarra del brazo a Sandra)

Jorge: las parejas así no funcionan

nunca.

(Se retiran los dos abrazados)